reniega ahora de mi compañía.
Hubo un tiempo en que era su mundo,

Con sus pequeñas atenciones,
cariño, besos, conformaba
un universo único lleno
de luz y estrellas.
Deseando que llegara ese
momento cada día,
haciendo de él
lo más bello que tenía.
Crecimos y ese amor se alejó
de golpe desgarrador,
dejando huérfano al corazón
de amor paterno.
Desde entonces ha sido ilusión,
aquello pasó y nada más queda
que el sabor amargo
de un amor interrumpido,
por no sé yo.
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