huellas de senderos,
caminos, algunos terrosos,
polvorientos, adornados
de jardines alegremente
cuidados, floridos.
Acompañados por millones de
pisadas recorriendo su historia
absorbiendo su luz, impregnándose
de su ambiente bohemio,
del cual es imposible escapar,
sino al que quieres fusionarte.
Donde París dejó de ser un sueño
para convertirse en vivencia
que llena de otra esencia,
esa luz, las experiencias.
Manuela García 23/04/17

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