Escribir sobre mi viaje a Senegal
desde la distancia
es una idea que tenía en mente.
Lo hice hace poco.
La estancia fue breve, intensa,
repleta de emociones por vidas,
tierras, amores de familia y allí
también se detuvo, el tiempo.
Expresé mi sentir, dos veces
en el viaje de ida en esperas
de aeropuertos y al final
como el telón que baja en
una obra teatral y cierra un acto,
encontré una verdad escondida.
Entre medias me dejé llevar
por el lugar, sus gentes, el amor,
la tranquilidad, el compartir,
el acompañarte, la teranga senegalesa
"hospitalidad senegalesa".
Tierra llena de matices, de tierra roja
que llena tus venas y espíritu de entrega.
Lo cierto es que ves muchas carencias.
Pero a pesar de eso, la sonrisa asoma
por esa boca llena de alegría
qué bendice cada día, con un:
¿Comment ça va?
una mano tendida.
Ça va bien, merci.
Ça va bien, merci.
Y el día cobra su sentido.
Manuela García 07/07/2018
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