Trozos de Vida Parte IV



Dejé un tiempo de escribir, no sé bien porqué. A veces aparecen esas ganas que se quedaron dormidas pero al final el interior, sabe. Me recuerdo menuda y silenciosa, convaleciente por la salud, era muy pequeña, entre tres y cuatro años. Aunque  no tengo imágenes reales de esa experiencia, si las tengo de la recuperación  posterior. He sido siempre una niña delicada debido a eso, pero fuerte en el interior. Durante largos años tuve que realizar revisiones para saber que todo seguía bien. Afortunadamente para mí así sucedió y pude hacer vida normal cuando tenía once años, eso sí cuidándome..


Durante cinco años vivimos en Zamora, pues mi padre encontró  allí trabajo y claro está, toda la familia le acompañamos. Nuestra casa estaba situada por debajo del Puente de Hierro, en la calle de La  Amargura, vaya nombre, lo cierto es que sí se vivió amargura en esa casa. Hay que comprender que tantos niños tenían que dar trabajo, lo cierto es que ya entonces no recuerdo el cariño de mi madre y deberá ser porque no lo demostraba, era dura con nosotros e incluso exigente. La teníamos un poco de miedo ya que a la menor insignificancia nos daba una torta. 




Continuará...







Manuela García 31/05/2019





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