Trozos de Vida XXVI

Mis padres pusieron el grito en el cielo ¿que dónde iba yo con mi novio? estás cosas antaño eran impensables ¿Dónde y de qué viviría?.Me dijeron rotundamente que no. No iría sola con él y me  quedaría en casa esperándole, ya que casi no nos conocíamos. Roberto intervino en la conversación, les dijo a mis padres que casa tenía, ya que la empresa facilitaba apartamentos para el personal a parte él cuidaría de mi ya que me quería. Yo por mi parte disponía de un dinero ahorrado del trabajo, ya que mi madre  no me lo quiso coger, pues provenía de limpiar a otros. Mi padre dijo que no me pagaría nada y yo le dije que me iría igual, tenía dinero y ya era mayor de edad. Además buscaría trabajo y esperaba encontrarlo. No había nada más que decir en ese momento. 


Salimos de casa aliviados y hasta eufóricos. Yo no había salido nunca de mi tierra, sería mi gran viaje cruzando el mar Mediterráneo. Ahora había que pensar en todo lo demás, quedaba un mes, decírselo a los padres de Roberto, coger  los billetes de avión,  organizar qué cosas llevaríamos, hablar con la empresa del hotel para comunicar que iba acompañado por su novia, decírselo a los señores de mi trabajo, al resto de la familia, a Rosa, los documentos, un largo etc. Me encontraba atabalada y feliz a partes iguales, Roberto también,  parecía una aventura y vaya si lo fue.




Continuará....








Manuela García 29/08/2019



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