Destino: 5 Senegal

El día laboral terminó y tenía que esperar un autobús enfrente de la llamada oficina, que era un lugar donde reparaban los containers y les habían cedido su espacio. Todos salían deprisa parra no perderlo pues ya tenían controlada las horas, al estar en la montaña, el tiempo de espera era mayor al habitual. Lucía estaba deseando bajarse  de ese autobús para así poderle devolver la llamada a Ousmane sin que nadie del trabajo la escuchara. Por fin se bajó y dijo a todos, hasta mañana. Antes de coger el metro ya estaba marcando la llamada, estaba un poco inquieta. A los dos tonos ya le cogió el teléfono, contestó con un |!hola!, al igual que él. Lucía le comentó que no salía del trabajo hasta las 20 horas. Él se disculpó, a lo que Lucia le contestó que no pasaba nada, ahora ya lo sabía. Y le dijo, bueno ¿para qué me has llamado? Ousmane le dijo -es evidente- me preguntaba si podríamos quedar para charlar y tomar algo. Lucía no cabía en sí de gozo, le dijo que sí y acordaron verse el sábado por la tarde en un punto concreto de la ciudad y luego decidir dónde irían. Él estuvo conforme con el plan y Lucía le dijo si conocía el lugar, le dijo que sí. Hacía tiempo que vivía en la ciudad. Lo cierto cierto es que hablaba el español bastante bien y se despidieron hasta el sábado.

Fuente: Internet

Lucia saltó de alegría, no sabía que la pasaba pero Ousmane le gustaba  y estaba deseosa de conocer su historia, saber de él, todo eso que espera  uno de su primera cita. Ahí ya se ve si será breve o no. Después de que se serenase, cogió el metro con destino a casa, aunque antes de entrar en ella, se sentaba tranquilamente en una terraza, aunque hiciera frío y se tomaba una cerveza reflexionando sobre su día. Aunque pareciera que todos los días eran iguales y rutinarios siempre había algo que sobresalía si estás atento. Se puede ligar hasta con uniforme. No era la primera vez que un ciudadano con la excusa de preguntar algo, le decía -qué guapa eres- y Lucia se quedaba parada ya que se daba cuenta que los hombres no tenían tapujos en decir lo que piensan, Lucía tampoco, era  muy espontánea, más si conocía a la persona. Y que a una le digan un piropo bien dicho, te sube la autoestima. Ya era momento de regresar a casa.


Continuará...


Manuela García 04/02/2020

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