Destino: 4 Senegal

Formábamos el equipo de trabajo dos grupos de ocho personas, divididas en dos zonas y los destinos eran inamovibles de no ser causas mayores o de salud. Pero eran bastante rígidos a los cambio, Lucia una vez lo solicitó porque le dolían las rodillas  ya que el terreno era muy agreste y lleno de pendientes por estar en zona montañosa. Lo hizo por escrito y no tardaron mucho en contestarla, diciendo que en ese momento no era posible, ya que para que sucediera otra persona de una zona más plana debería querer pedir el cambio a Nou Barris. ¿ Pero quién iba a querer venirse a la parte más alta y lejana de Barcelona y sufrir los problemas con la orografia del terreno, además de invertir mucho más tiempo en el transporte?. Para colmo tampoco congeniaba con la coordinadora. Era nueva en un puesto de tanta relevancia que podía significar si todo iba bien, un trampolín en su carrera profesional. El primer día de destino allí, Lucia solicitó poder hablar con ella a solas, cosa a la que accedió. Le confesó que el cambio no era mejor para ella, por todas las razones arriba mencionadas.


A lo que contestó con no muy buen talante, que ella quería gente comprometida, que no se quejara y viniera cada día a trabajar con una sonrisa en la boca.y si quería seguir trabajando allí, esto era lo que había. Lucia flipó .Se habló de las vacaciones anteriormente solicitadas en el primer grupo de comercios, que se le respetó. Estaba claro que no ya había encontrado una enemiga. Fin de la conversación. Por lo tanto tenía que aceptar su destino o...ya sabéis. A raíz de aquí Lucia iba a trabajar a disgusto y en las reuniones casi no hablaba. Procuraba pasar desapercibida, aunque no lo conseguía siempre. Y sí conocer al compañero de turno, un desconocido, que iba poco a poco conociendo durante esa semana laboral, donde pasaban ocho horas juntos. Otro día, misma ruta había diez minutos para comer un bocata, descansar o fumar, eso si escondidos. En uno de esos descansos le sonó el teléfono a Lucía, no se podía hablar con el móvil y si lo llevabas en silencio, pero ella lo cogió tenía un presentimiento, oh la la, era Ousmane, no podía creer en su suerte. Se apart de su compañero y habló un momento con él, le preguntaba como estaba, Lucía logró decirle que era mal momento porque estaba en el trabajo y que le llamaría durante el día, en cuánto pudiera. Colgó el celular y por un momento mariposas empezaron a volar por el estómago. Tenía la intuición de que la llamaría, ella era un poco brujilla. El día cambió de color al igual que su ánimo.


Continuará...


Manuela García 31/01/2020




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