Fotografías: Manuela García
Hoy si que podré resumir el día entero.
Mi cama y yo, tenemos desencuentros,
demasiado pronto los ojos abiertos.
Ya se ha convertido en un ritual
a mi nadie me quitará de caminar
y de paso observar
la no vida que nos queda.
Lo primero que choca es el tráfico
y su ruido infernal y ambiental,
casi no pasan por esta vía principal.
Tendría que estar contenta, menos molestia
pero no, si es cierto que oigo a mi pájaro
juglar cantar bonito y su música
me lleva a otro lugar.
Sin colegios, bancos que te aconsejan hacer
las transacciones en el caixer (cajero)
y así cumplen con la orden presidencial.
He observado abierta una clínica particular,
pero claro solo para urgencias.
Servicios Sociales, lo mismo , no presencial
todo a través del auricular,
en este mundo creado por nosotros,
hasta nos resulta de total normalidad estos desvaríos.
Tabacalera de España, no puede cerrar
aunque sea muy perjudicial,
están los impuestos, estos no se han caído
de un tiesto.
Transportes Metropolitanos, casi vacíos
no hay usuarios valientes, esta tarde sí fui,
hay que entrar por la puerta de salida
y han añadido una barrera de plástico
y nota amarilla, no molesten al conductor.
Nos se venden tiquets, ni se habla por protección.
Alimentación ya sabemos como funciona
cada empresa decide cuántas personas deja entrar
a comprar, mientras esperan los clientes fuera.
Ahora es por tandas y a callar.
La distancia a separar entre personas
no se ponen de acuerdo,
está, entre 1 metro o metro y medio.
Todo está patas arriba y nada está bien.
Esto pasará factura, lo sabemos en forma de crisálida,
la rueda se acrecentará y aún la quieren más estricta
¿nos quieren matar? pues se crearán otros problemas
de salud y no se sabrán aún sus consecuencias.
Manuela García 16/03/2020
Vivencias ante el confinamiento de Covid19
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