Fotografía Fuente Internet
Nada, no hay sorpresa.
Me sorprende no sentir nada.
Nada que merezca sorpresa.
Nada que me sorprenda.
Se vivió antes
y murió con el desplante.
Ya no estoy anhelante
solo soy espectadora errante.
Erré para volver a caer
y no fue hasta que caí, otra vez,
que pude ver por fin
que había llegado su fin.
El de las huecas palabras
frases ordenadas y estudiadas
corazones dibujados,
en colores alineados.
Palabras dulces, cotidianas,
costumbre diaria
que restó con su actuar
estudiado y no respetando.
Manuela Garcia/ Escrita en un día de mi vida
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