Día 119 Puertas Cerradas

Puerta de una calle de Barcelona. Fotografía: Manuela García



He creído que después de acabar con mis apreciaciones
el día 70 de la pandemia, no tendría que decir
nada más al respecto, pero estaba equivocada

Hoy día 119 del Covid-19, las puertas se están cerrando
de nuevo para todos nosotros, personas sin conciencia y 
para los comercios y demás establecimientos.

Todos desde que comenzó este virus 
y las medidas impuestas por el gobierno 
para contener la propagación del mismo,
hemos sido capaces de permanecer en casa.

Soportar que las empresas nos hagan ERTES
despedir a miles de trabajadores para su confinamiento
por decreto presidencial, durante el mismo tiempo
por contención de dicho virus, obligadas las personas
a permanecer quietos, esperando.

Y la economía que nos sustenta ha sido gravemente
perjudicada por esta situación hundiéndose y desangrándose
por momentos. Miles de pequeños autónomos tuvieron que cerrar puertas.

Cuando Barcelona y Madrid no pudieron pasar a Fase 1
por no hacer bien los deberes. Hubo un antes y un después.
Todas las personas salieron a la calle pos fases, poco a poco.

Pero yo usuaria y afectada, pude ver como el salir del cubículo,
era como si no hubiera pasado nada y fuese una fiesta.
La gente se refugió en el deporte, carreras, pedalear, aglomeraciones
sin espacio de seguridad, ni mascarilla en distancia cortas.

Las calles tomadas por la gente ávida de movimiento
pero sin pensar en los demás ¿es que no hemos aprendido nada?.

Parece ser que no y por ello, las estadísticas han subido como la 
espuma, cientos de infectados más, se han cerrado fronteras virtuales
que no existían en Lérida (una de las más afectadas) en este momento.

Repuntes, como cuando hay un incendio, que no se termina de apagar.

Dentro de poco nos volverán a cerrar las puertas, de nuestra casa y libertad,
por segunda vez. Ayer paseando por Paseo San Juan, terrazas por doquier
llenas de personas tomando el fresco, tomando algo, pero sin mascarillas
casi la totalidad de ellas. Risas, conversaciones, aquí no ha pasado nada.

Y sí ha pasado, el río se inundó de cadáveres, como en la India, pero allí es normal.
Aquí no. Seguimos sin ser conscientes de lo que ha supuesto todo esto desde el principio
y lo que está por venir que será de nuevo la contención y lo que ello supone.

El Mundo que conocíamos ya no existe y la depresión económica que padecemos, se multiplicará llevándose por delante mas puestos de trabajo, más muertes y esperemos que no llegue el hambre, el  pillaje, escomo la avanzadilla del Apocalipsis.

Y las terrazas llenas, todo algarabía, disfruten habitantes de Barcelona y vecinos
lo peor está por llegar, me gustaría no estar y que no me alcance la ola de tsunami
que amenaza desde hace tiempo con llevarse todo lo que encuentre a su paso, por delante.


Terrazas en Pº San Juan. Fotografía: Manuela García




Manuela García 16/07/2020
Vivencias por confinamiento del virus Covid - 19




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