Trozos de Vida Continuación nºLXXII

Una vez comenzamos de nuevo a hacer el amor, ya buscábamos lugares que nos permitieran estar juntos sin que nadie nos molestara. Se acrecentó el deseo, también el salir todos los días, el roce hace el cariño, Ni que decir tiene que Roberto ponía a mi disposición todo su esmero, cariñoso, se preocupaba por mi, hablaba más, un poco, quien es de pocas palabras, no le da de sí la lengua, pero tenía otras cualidades que compensaban su falta. Los días fueron pasando, trabajo, cita diaria. Yo tenía a mi amiga pero no quería venir con nosotros y como decían "hacer de vela" y Roberto no tenía amigos, esto de estar medio año en cada lugar, no favorecía las relaciones sociales: sin embargo tenía más amigos en las islas cuando iba a trabajar, pues se hacían las amistades en el trabajo y los apartamentos que ponía la empresa a su disposición, muchas horas juntos. Era como imposible no hacerlos. Y ya pasamos a la fase de presentación de padres, que nervios, conocí a los suyos, ellos me invitaron a tomar café para conocerme y de paso hacerme un repaso. Roberto nunca había tenido novia formal y estaban sorprendidos de que hubiera encontrado a una muchacha. Pero es que ya tenía 25 años. Eran bastante mayores y curiosos. Primero que estoy muy delgada, que tendría que comer más, y yo alucinaba. ¿Pero que conversación era esa? Come, come, habían sacado embutido para merendar, o sea estuvimos un buen rato. A mí que no me gustan los interrogatorios... Tenía unas ganas enormes de que acabara esa merienda sorpresa. Pero me dí cuenta que tenían unas ganas de colocarlo y sacarlo ya de casa. Solo quedaba él, era el pequeño de la familia y a partir de ese momento las cosas se precipitaron.

Continuará...


Fotografía: Fuente Internet

23/11/2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario