Poco a poco Roberto se fue ganando primero la confianza, era muy cariños, detallista, veía que se esforzaba en hablar más, nos veíamos todos los días y así comenzó de nuevo a hacerme sentir, a desear que me besara, nos agarrábamos de la mano, sentir su calor fue todo un descubrimiento y me sentía cómoda con él. El deseo fue creciendo por ambas partes, En la primera parte de Trozos de Vida ya habíamos tenido relaciones sexuales, era mi primer hombre, le entregué mi virginidad, fue en nuestra tierra y puedo decir que dolió pero puede parecer extraño en ese consumar el acto yo en mi cabeza escuché campanadas, no fue imaginación, fue real. En las islas, imaginaros solos y sin tapujos, Desde entonces mi regreso y su regreso, no sentía la necesidad de hacer el amor con él, todo se había enfriado mucho. Llevábamos ya cuatro meses juntos desde que volvió y ya urgía en nuestros cuerpos volver a darnos ya existían sentimientos por mi parte y más por la suya. Hablamos de dónde podría ser, no en cualquier sitio, Llegó la oportunidad así, sin buscarla, sus padres se marchaban un día a casa de uno de sus hijos y allí vimos el momento perfecto. En su habitación ocurrió todo, cuerpos llenos de ganas y pasión, se me había olvidado lo que se siente cuando quieres a alguien.
Continuará...
17/11/2020
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