Trozos de Vida nº LXXIII

Fuimos a casa a cambiarme pues con el vestido de boda era una lata bailar, tenía otro vestido nuevo preparado para la ocasión. Después todos los que quisiera podían ir al bailar a la muy conocida discoteca Number One era la mejor de Salamanca. Hubo familiares que no se pudieron quedar porque vivían en el pueblos o ciudades alejadas de nuestra tierra y tuvieron que irse sin bailar Para mi haberme podido casa en la iglesisa del Cristo de los Milagros, era algo muy importante, Siempre, siempre, iba allí a rezar sin más a cualquier hora que pudiera, tenía que ser en esa. Cuantas palabras confié en ese lugar sagrado y dentro de mí sabía que me casaría en ella. Al llegar a la discoteca todos nos aplaudieron,  y nos animaron a bailar. Hubo de todo, baile con el novio, ya marido y con mis primos y tíos. Las copas y la música no paraban y ya sabéis los ya casados, que es la parte más divertida pero también la más cansada, el alcohol tenía mucho que ver y los nervios. Se hizo lo de cortar la liga a la novia. Nos cantaron, Le tocó al novio también con su corbata a trozos y luego los culpables pasaban la bandeja del camarero para "venderlas" y cobrarse un buen dinero para su fiesta particular. Bueno, yo estaba hecha añicos y entre los dos decidimos marcharnos del lugar a escondidas, queríamos ir a casa, ya no podíamos más.

Fotografia: Cristo de los Milagros, autora Manuela García


Continuará...


Manuela García 21/02/2021

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