15:50 p.m. Parto desde la Estación de Monumental, es mi hora, debería ser todos los días, pero varía de un día al otro. Las puertas están abiertas ¿otra vez? ¿qué pasa ahora?.¿Avería, problemas técnicos?, todo son problemas disfrazados de técnicos
Durante la espera observo personas de todas las edades, nacionalidades, formas de vestir, sentarse, cruzar miradas o no, posarlas en un libro, diario y porqué ¿no cerrar los ojos para soñar, escuchar nuestra canción favorita o dormir, sin más?
De repente el metro avisa, ya marchamos ¡por fin!, siguiente parada Tetuán.
Me sumerjo en mis pensamientos y una voz poderosa, profunda, centra toda mi atención, levanto los ojos y ¡oh Señor!, otros ojos, negros, misteriosos, expectantes, se funden con los míos, algo pasa en mi interior. Él esboza una sonrisa amplia, franca, encantadora. Le regalo la mía, el momento pasó.
Está enfrascado en la lectura de un libro del que no consigo ver el título, de repente se levanta dejándolo en el asiento a la vez que se coloca su cazadora... próxima parada Paseo de Gracia.
Se abren las puertas y le veo salir, pero ha olvidado su libro, apenas sin pensar me abalanzo sobre él y consigo salir del vagón. Lo busco con la mirada entre el gentío, su cazadora marrón y pelo negro. Avanzo, sigo sin verlo. Me detengo a unos pasos de la salida, no hay rastro de él y yo no me puedo entretener.
Miro el libro que está entre mis manos, que hace unos instantes estuvieron en las suyas. Le doy la vuelta se titula :"TE ENCONTRÉ. Paso sus páginas y en la hoja en blanco que está antes de la contraportada, escrita con letra clara, la siguiente leyenda: Si eres aquella que encontró mi mirada, esto es una invitación, Roberto 665 470 000, creo que deberíamos quedar.
Mis ojos brillan, siguiente parada Universidad. !Lo voy a llamar¡
Autora: Manuela García Cano
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