Despierta de la que creía una pesadilla
pero en realidad, no lo era.
Eran recuerdos dolorosos,
que al parecer siguen en motín
para que no se le olvide
que eso no puede nunca
volverse a repetir.
El dolor de la manipulación
sentimental, el te quiero,
pero no preguntes,
de esto no se habla,
a tí esto no te interesa.
Aislar de manera sutil
los mínimos sentimientos
naturales del ser humano,
no besar, no darse la mano,
no abrazarse, abstenerse
de todo contacto físico
en la calle, pues está mal visto.
¿Dónde está mal visto?
¿En otras tierras?
Pero allí, ahora no está.
Despojar a tu compañera
de todo sentimiento natural
de la vida de pareja para manipularla
y restarle valor como mujer.
Así llegamos al maltrato spicológico,
ya atrapada junto a los sentimientos
confusos y el amor que le profesa.
Cuidado con los cazadores del almas
son peligrosos y devastadores.
Nunca renuncies a ser quien eres.
Manuela García 08/05/2020
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