Que preocupada me quedé cuando no la vi desaparecer. No sabía que había sido de ella ¿ se marchó a otro lugar? ¿ la desalojaron? o llegó sus sueño ¿el dinero para regresar? Todo eran conjeturas en mi mente, son por ella, la mujer senegalesa que vive en el suelo, debajo del cajero exterior del BBVA. Pregunté por la zona, no sabían que pasó. Mi pesar era grande, el no saber. Y mira ¡¡que sorpresa!! que tres días después, paso por el cajero de nuevo, se encuentra allí. Me alegro de verla, uno piensa tantas cosas. Le pregunto¿ dónde fuiste? Con el poco español que sabe, dice que se fue de viaje a un sitio, no sé donde es.
Lo cierto es que no consigo conectar con ella. Ahora no sé que es peor, si no saber dónde está o que volviera al mismo lugar indigno para cualquier persona y vivir -pero que digo- malvivir con la caridad, en soledad y le pregunto ¿como estás? y me dice " un poco bien", yo sé que está mal, se lo veo en sus ojos, su aspecto, pienso en todo desde que llegó aquí, mas de un año ya, malviviendo así. Se me parte el alma, pues no se que puedo hacer.
Manuela García 05/06/2021
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