Carta a lo inacabado



Hay tantas cosas que decir que fueron silenciadas por los mismos miedos a afrontar una realidad evidente, la falta de comprensión y amor por tú parte y mi poca valentía para hablar de lo que veía y sentía mi alma, mi corazón. Aunque quise decir, pero no lo hice con convicción, claramente. Conformándome con lo inconformable, no pudiendo ser yo en toda mi expresión, contraer sentimientos, tapar dolores profundos en mi ser, intentando no ahogarme en mis lágrimas,  penas y vacíos. 

Aguardando gestos que no llegaban, anhelando un amor abierto sin barreras, ni sometimientos a la dictadura de la supuesta costumbre. Esperando siempre un paso más en esa relación que comenzó poco a poco a germinar hasta convertirse en amor y por esa parte te doy las gracias por hacerme feliz y sentirme la mujer más afortunada por haber conocido el amor, junto a ti.

 Aunque el precio fue grande, no era necesario hacer daño para desmontar nuestra historia con juegos spicológicos de olvido, dejadez, desvalorizar a la persona para conseguir alejarme de ti, pues todo ello me causaba un gran dolor. No podía creer como tú, precisamente tú, que siempre estuviste a mi lado, escuchándome, apoyándome, por quien llegué a sentir que había encontrado al hombre de mi vida. Y así fue durante un tiempo, aunque después de muchas vicisitudes hubo un cambio que yo me negaba a ver, mi cuerpo gritaba hay cosas que van mal y no quería escuchar, Mi cabeza por el contrario justificaba, no podía concebir que aquello que nació se convirtió en una trampa que doblegó mi espíritu, sintiéndome esclava de algo que ya no sentía como amor si no como un medio para conseguir un fin.

Nunca quise todo eso que veía , me decías que eran imaginaciones mías y que me estaba matando yo sola. Seguro, me maté sola, pero con tu ayuda. Ciega de corazón, ciega de razones, ciega en definitiva. Cuando fui consciente de ese dolor insoportable que me carcomía por dentro, no pudiendo más, rompí lo que más quería y también lo que más odiaba, sentirme utilizada.

¿Cómo es posible llegar a esta destrucción? El dolor de la ruptura fue insoportable, creí morir y lo fue durante largo tiempo, tanto es así, que sigo muerta en parte. No consigo enterrar ese pasado fustrado, ese  pasado roto en mil pedazos desperdigados aún por mi corazón y cabeza sin darles la sepultura necesaria para seguir sin la carga del dolor. Liberarme, pues eso solo  existe, ya, en mi mente. Por lo tanto siendo consciente de que así es, ¿por dónde empiezo?.

El perdón a veces hablado ¿pero como se integra dentro de tí perdón y olvido? Lo cierto es que quiero salir de esta espiral inacabable que no me deja ver el nuevo horizonte y me arrastra al agujero negro de lo no resuelto. Quiero y así lo haré volar de nuevo libre de esta carga con la que lo único que puedo hacer es quedarme con lo positivo y aprender.






Manuela García/ Escrito un día de diciembre de 2018 

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