Por aquel entonces salía con mi amiga Rosa, yo no tenía novio, aunque durante mi adolescencia me enamoré platónicamente de un chico con novia, por el cual aguanté un servicio militar con la esperanza de que recapacitara y la dejaría, pero no fue así. Solo era para él una amiga. Perdí dos años de mi vida para nada. Después salí con José María, el cual había tenido un desengaño amoroso con su novia, nos gustamos y comenzamos a salir, a los cinco meses cuando yo estaba enamorada regresó de nuevo su novia porque quería arreglar las cosas con él y claro la quería lo suficiente como para dejar lo nuestro. Lo pasé fatal ¿porqué me pasaban estas cosas a mí?.
Después de esto salí con amigos pero nada serio, tomar copas, conocernos, hasta que encontré a Vicente un hombre más mayor que yo, guapo, interesante y muy dulce. Salimos como amigos durante meses, hasta que llegó un día en que me confesó que se estaba encariñando conmigo, me lo dijo acariciándome, yo me asusté y después de esta declaración me invitó a su piso al día siguiente a tomar unas copas, yo estaba segura de que quería hacer el amor conmigo, después de dar mil vueltas decidí no ir a la cita. No creí estar preparada para afrontar eso, fui cobarde, eran excusas, en realidad si lo deseaba pero tenía miedo. Cuando nos volvimos a encontrar le dije una excusa, que no había podido ir, él dijo que tampoco, pero fue para curarse en salud. A partir de ese momento comenzó a distanciarse de mi, quedábamos cada vez menos, hasta que dejamos la relación. Después me arrepentí de lo que pudo pasar, pues era un buen chico con el que me hubiera gustado que lo nuestro funcionase.
Continuará.....
Manuela García 22/06/2019
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