Trozos de vida XII

Mi vida seguía, trabajaba, salía con mi amiga Rosa y la relación con mi madre seguía igual de mal que siempre, no tenía ganas de llegar a casa. En la calle era yo, alegre, simpática, distendida, pero era llegar a casa y me tornaba, silenciosa, reservada, triste, pues mi vida no me gustaba,mi madre me trataba mal, yo no sabía que había hecho para que eso fuera así. Me parecía muy injusto pues yo era una persona normal, pero me rebelaba contra la manía que mi madre me tenía, Envidiaba a las madres de mis amigas, ellas hablaban maravillas de sus madres y yo ocultaba lo que me ocurría pues tenía vergüenza por lo que pudieran pensar de mi y que a lo mejor creyesen que algo habrá hecho de malo para que me trataran así o sintieran pena de mi. Así que lo tragaba todo, nunca se lo dije a nadie, salvo a mi hermana Merce, ella sabía lo que ocurría pues cuando vivía en casa ya sucedía esto, pero ahora era peor, ella se había casado y ya no me sentía tan apoyada como cuando estaba en casa, pero cuando la veía hablábamos. Pues necesitaba expresar mi angustia. Quería irme de casa, no soportaba estar en esa casa con mi madre y vivir siempre triste e incomprendida.





Continuará....





Manuela García 25/06/2019






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