Trozos de Vida XIII


La vida continuó y cumplí los dieciocho años. Tenía que continuar con mi vida trabajando, cosiendo, saliendo con amigas, teníamos un grupo de unas diez amigas y salíamos a bailar, cosa que me encantaba,la música era para mi una evasión, no recordaba nada, solo disfrutaba Recuerdo que comenzamos a ir los viernes y a lo largo del tiempo se convirtió en además sábado y domingo. Entrar en la discoteca era estar en otro mundo, chicos, desconexión, alegría. Bailar en la pista sin freno, que te invitaran a bailar música lenta, el cortejo, el coqueteo, los mejores momentos de mi vida los he pasado en una pista de baile. La discoteca Maddona y Limón y Menta, las dos para el recuerdo.

También los dieciocho eran importantes ya que estaba deseando votar, que contara mi opinión aunque fuera solo políticamente y además quería obtener el permiso de conducir y para eso le tenía que pedir el permiso a mi padre, pues era él quien pagaba y mandaba. Mis dos hermanos trabajaban en el taller de pintura y reparación de vehículos familiar y de verlos yo deseaba ser como ellos, ya tenían carné y antes a las chicas no las dejaban, pero hablé con él y para mi sorpresa me dijo que sí, para algo era la niña preferida. Además con un incentivo más, que si aprobaba me compraría hasta un coche para practicar. Me sentía la chica más feliz del mundo.







Continuará...





Manuela García 21/07/2019





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