Trozos de Vida XX

Cada día salíamos juntos para recuperar el tiempo perdido, su primer beso se hizo esperar, era un poco vergonzoso y yo le daba mucho respeto y no se atrevía a besarme. Cada día llegábamos al portal de mi casa, nos mirábamos a los ojos yo esperaba que él diera el primer paso y no lo hacia. No quería ser yo la primera podía pensar que era una lanzada, vaya pasábamos unos malos ratos con esto, una tensión. Así sucedió durante varios días hasta que no pude más y le dije ¿me vas a besar o no? y se adelantó y me besó, cuando terminó me dijo que le había gustado, volvió a posar sus labios en los míos esta vez fue mas profundo y largo. Se había roto la tensión ¡gracias a Dios!




En mi trabajo con los estudiantes todo iba bien aunque llegó un día en que ya no me necesitaban, me lo dijo la madre, también que se había encariñado conmigo, yo era buena persona, Le agradecí sus palabras. La verdad no esperaba perder el trabajo, pero así fue. Ahora me encontraba en la misma situación que antes, sin ingresos y tiempo libre pero había cambiado algo que Roberto entró en mi vida. Hablé con diferentes personas para poder encontrar trabajo de nuevo y una amiga  dejaba el suyo, era para cuidar a un matrimonio mayor en la zona alta, eran personas adineradas. Fui con ella a hablar con los señores, pues querían a una persona de confianza. Les gusté, mi trabajo consistía en hacerlo todo, casa, comida y de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Genial, tenía tiempo hasta para ver a mi chico.  



Continuará...





Manuela García Cano 03/08/2019


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