Trozos de Vida XXXVIII

Ya estaba en casa, me me lavé las manos y abrí la nevera, eché un vistazo unas hamburguesas vendrían bien, con su tomate y cebolla. Me dispuse a cocinar, me tomé algo fresquito pues alli en la temporada de Semana Santa hacía buena temperatura y me puse a tararear una canción, la de Alaska  "No controles mi forma de bailar porque es total..." me encantaba ella, su estilo y lo que cantaba sin tapujos. Preparada ya la comida y como se hizo tarde, comí yo. A las 15:45 p.m. llegaron los trabajadores. Roberto venía con una cara que parecía que había estado picando piedra. Claro tanto tiempo sin dar ni golpe, me dió un beso y me dijo ¿has hecho comida para mí? al ver la hermosa hamburguesa y le dije sí. Pues perdona, se me olvidó decirte que nosotros comemos, cenamos y desayunamos allí, de hecho lo hacían antes de los clientes, comer por ejemplo, a las 12 p.m. Vaya - dije- pues ya tienes la cena, La pareja se fue a su habitación estaban muy cansados, una siesta sería un sueño. Nosotros nos quedamos hablando bajito en el salón Le habían tocado desayunos que era tipo bufé y las comidas,  los primeros tipo bufé y el segundo en la mesa servido. Luego recoger, remontar, servir, los platos sucios en carritos clasificados y un no parar. Como tendríamos tiempo de hablar, nos fuimos a la habitación a descansar. No sé si os conté que este hotel era de 4 ****





Continuará...


Manuela García 24/10/2019

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