Dormimos
al menos un par de horas. Una ducha ahora sería lo mejor, vestirse y
salir a disfrutar a la calle del tiempo fresquito. Bajamos los
cuatro y buscamos una terraza, no había muchos bares por eso
siempre estaban llenos. Allí se estilaba beber licor de hierbas, las
había de todo tipo. Me enseñaron una botella que tenía un
lagarto dentro, yo que solo tomaba café con leche
y zumos, a la larga me iba a convertir en una que lo prueba todo,
para saber si está rico. Hablamos del primer día, le conté a
Roberto que había ido a los comercios a ofrecerme para trabajar,
pero no había tenido suerte .Le expliqué que tendríamos que
contemplar el tema de alquilar el ciclomotor, pues había muchos
pueblos en Formentera, pero separados por unos cuántos kilómetros y
esa propuesta era la mejor.
La verdad nunca había conducido uno, ni sabía como funcionaban pero imaginé que seria sencillo ya que en mi caso no tuve que hacer practicas, las haría cuando lo alquilásemos si Roberto e echaba una mano. Así podría moverme por los pueblos y tendría más posibilidades de encontrar trabajo, a más visitas, más opciones. Al día siguiente nos propusimos que después de una pequeña siesta iríamos a un rent a car a preguntar el coste, los requisitos, vaya todo. Menos mal que me traje mi carné sin estrenar y mira dónde conduciría por primera vez.
Manuela García 24/10/2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario