La rutina de trabajo se impuso para Roberto, tenía varios turnos semanales, de mañana, tarde o partido. Tal y como quedamos por la tarde fuimos al pueblo de Es Pujols, que tenía una playa del mismo nombre y también estaba a una distancia de 15 kms. aproximadamente. Cogimos el autobús para llegar allí, habíamos localizado un rent a car, preguntamos por el ciclomotor, precios por semanas, días, nos enseñaron varios y me pidió el permiso de conducir, aconsejándome el comercial a practicar antes de cogerlo, es fácil pero si no sabes te puedes llevar un disgusto, le agradecí su franqueza. A mí me gustó uno, llevaba el dinero que tenía ahorrado, claro, esto lo pagaba yo y lo hicimos por dos semanas. Tenía un seguro por si le pasaba algo a la moto. Pagué y el primer día dejé que lo llevara Roberto, no tenía carné de coche pero había montado en ciclomotores, ya se sabe los chicos son más adelantados en algunas cosas más que nosotras. Pero lo mío era el coche, te daba más seguridad, también era un poco miedosa y me perdían los nervios. Pero en este caso era mejor la segunda opción. Pues ya nos la llevamos puesta.
Continuará...
Manuela García 01/11/2019
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