Trozos de Vida XXXXV

La cantina era el único entretenimiento del pueblo y allí también jugaban a las cartas para entretenerse, había mucho hombre mayor y ya cuando nos vieron supieron que ya comenzaban los trabajos, el turismo que de eso vivían, La playa quedaba lejos por eso el medio de locomoción allí era indispensable. Coincidimos con más compañeros y allí hablando del invierno en sus tierras.El tiempo en este lugar era otro, había más calma en general en todo y la buena temperatura que ya había despertado hacía la vida más larga. Acabamos de hablar, nos despedimos y nos fuimos a casa a preparar nuestra primera cena,. El cielo al anochecer estaba lleno de estrellas y se oían cantos de chicharras.


Hicimos una cena frugal, nuestros compañeros ya estaban en su habitación y cenamos. A la mañana siguiente Roberto ya comenzaba su turno de trabajo y entraba a las 06:00 horas, suerte que la empresa les ponía un autocar tanto para llevarlos al hotel como para la vuelta a casa. Pasamos nuestra primera noche yo nerviosa, la cama no era muy cómoda, Roberto que suerte tenía que apoyaba la cabeza en la almohada y ya dormía tan feliz, pero es que además roncaba y no poco. Jolín ya empezaba a conocer más cosas personales de él, los ronquidos no me dejaban dormir, pero me venció el sueño reparador que necesitaba.




Continuará...





Manuela García 08/10/2019

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