Corrí lo más deprisa posible a los apartamentos, haciendo
caso omiso a las llamadas de Roberto, era de noche. Escuché a Roberto
levantarse por el ruido de la silla, seguía gritando mi nombre. Me alcanzó y
preguntó qué pasa, si solo han sido unas caladas, que era peor fumar tabaco, la
excusa de siempre. Le dije que me daban miedo todo tipo de drogas, de echo yo
ni fumaba tabaco. Y no iba a salir con alguien que fumaba drogas. Le pareció
mal que le dejase en evidencia delante de sus amigos, soy una persona impulsiva,
lo podíamos hablar en nuestra privacidad. Le dí un ultimátum o dejaba los
porros o no saldría más con él. Así que piénsalo muy bien - le dije - porque
iba muy en serio.
Continuará....
Manuela García 18/11/2019
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