Trozos de Vida LII


Ya estaba tomada la decisión, me encontraba triste a la mañana siguiente. Roberto no hacía más que abrazarme, yo no quería llorar pero fue inevitable. Saqué la rabia y me calmé. Teníamos que comprar el billete electrónico para la vuelta a mi tierra y mirar la fecha más próxima y también más económica, ya estábamos en plena temporada alta. Roberto trabajaba de turno de tarde y fuimos a un locutorio a mirar las mejores ofertas en vuelos para ir a Valladolid y de allí en autocar a casa. Eran 100 kilómetros más. Después de mirar muchas compañías aéreas, por fin encontramos la más económica que era para un jueves y estábamos a lunes, teníamos tres días para acabar con un sueño. Además había que mirar horarios del autocar, ya que una vez que llegara a Valladolid no tener que esperar mucho tiempo para cogerlo. Esta gestión la hicimos por teléfono, para saber cada cuanto tiempo salían los autocares. Por otro lado teníamos que estar pendientes de la herida y su mejoría e ir a la enfermería. no había grandes cambios, ésta no se cerraba ni a la de tres. Solo quedaba aprovechar todo el tiempo para estar juntos disfrutando de la mutua compañía. Qué lástima como termina la aventura.



Continuará...





Manuela García 27/12/2019

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