Se quedó atónito, realmente no se lo había tomado en serio.
No me conocía tampoco, yo no iba a ceder ni un ápice, no en ese terreno
escabroso. Siempre les había tenido miedo a las drogas, incluso la marihuana
que a veces sirve para fines terapéuticos. Eso no lo quería en mi vida.
Recuerdo que mi hermano Alfredo que sí fumaba, un día en casa, en su habitación
me propuso darle unas caladas, mis padres en ese momento no estaban e incluso
ignoraban que lo hacía. Lo hice fumar unas caladas, primero no sabía fumar y el
humo se me fue por mal sitio, comencé a toser, se me revolvió el estómago y la
cabeza no estaba en su sitio. Pasé un mal rato, le pregunté ¿cómo puede
gustarte esto?.
Se quedó atónito, realmente no se lo había tomado en serio.
No me conocía tampoco, yo no iba a ceder ni un ápice, no en ese terreno
escabroso. Siempre les había tenido miedo a las drogas, incluso la marihuana
que a veces sirve para fines terapéuticos. Eso no lo quería en mi vida.
Recuerdo que mi hermano Alfredo que sí fumaba, un día en casa, en su habitación
me propuso darle unas caladas, mis padres en ese momento no estaban e incluso
ignoraban que lo hacía. Lo hice fumar unas caladas, primero no sabía fumar y el
humo se me fue por mal sitio, comencé a toser, se me revolvió el estómago y la
cabeza no estaba en su sitio. Pasé un mal rato, le pregunté ¿cómo puede
gustarte esto?.
Él dijo que no pasaba nada, que era como fumar, pero más sano y era
cuestión de acostumbrarse pero luego se convierte en una adicción, te relaja y
sienta bien, además de evadirte. Yo lo sabía porqué lo hacía mi hermano, nuestro
padre no le respetaba y le trataba mal, el daño que pueden hacer las palabras y
algunos hechos, además trabajaban juntos.Yo sabía que jamás fumaría por
decisión propia y por salud. Bueno - le dije- ¿qué has decidido después de
escucharte esta mini charla y la noche por medio? .Me aseguró que me
quería a mí y no deseaba perderme, yo era muy importante para él y me quería,
Convino que no fumaría más porros, que también se había dado cuenta que no era
sano. Respiré tranquila, le dí las gracias, aunque se lo hice prometer. A lo
que dijo que sí. Bueno escuché lo que quería oir de él, pero si quisiera fumar
lo haría dónde no le viera, quise creer en su palabra. Y esa noche dormí más
tranquila.
Continuará....
Manuela García 29/11/2019
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