Aparqué la moto y ya antes de llegar su imponente figura te impresiona, es más alto de lo que creía. Blanco muy blanco se notaba que lo cuidaban. Asomaba como decía la información del filo de un acantilado enorme, tuve que bajar unas rocas para acercarme a él, que sensación. Me asomé al filo y Roberto se asustó, pero yo no tenía miedo. Quería verlo todo y disfrutarlo, si no ¿para qué ir?. Hice caso omiso de sus preocupaciones, la vista me dejó sin habla. La inmensidad del mar y el cielo era indescriptible, bien parecía que allí se acababa el Mundo. Estuvimos admirando el horizonte azul inmenso y el mar un poco embravecido, si te acercabas un poco al filo podías ver todos los peñascos hasta llegar abajo donde el mar chocaba provocando olas de un belleza que no podías dejar de mirar. Muy cerca del faro existe un monolito dedicado a Julio Verne. Cuando llegó la hora de marchar, me dió hasta pena. ya vendríamos alguna vez más.
Estaba henchida de mar y mis ojos no podían olvidar ese paisaje abrupto, bello y tranquilo a la vez. Cogimos la moto igual, Roberto iba de paquete, básicamente porque no tenía carné, a mi me hubiera gustado que me llevase de vuelta a casa él. Las curvas bajarlas ya era otra cosa, yo no estaba tan segura de dominar el ciclomotor y me entraron los nervios en el estómago. Cuando estábamos acabando de salir de ellas apareció delante de mí un parterre con vegetación para regular el tráfico , quise esquivarlo bajando la velocidad y me equivoqué dándole más gas, la moto brincó con el borde del parterre, arañó con el cemento mi pie y caimos de lado sobre la tierra y la vegetación. Roberto diciendo ¿pero que haces? fue cuestión de segundos. Me hice daño, enseguida me fue a levantar y preguntar si estaba bien, a lo que respondí que no, me dolía la pierna ¿y tú? -respondió bien-, nos levantamos como pudimos al igual que a la moto. Algunos rayones pero eso entraba por el seguro lo más importante éramos nosotros y la peor parada fui yo. Me había hecho un quemadura en el empeine bastante importante ya que llevava pantalones piratas, se me pusieron unos nervios.
Continuará...
Manuela García 09/12/2019
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