Destino Senegal 10

Subió las escaleras de su casa de dos en dos, de lo contenta y pletórica que estaba. A parte de ser un hombre muy atractivo, tenía conversación, a Lucia le gustaban los hombres inteligentes, con una buena conversación y si la risa además acompañaba, figuraté ¡ perfecto!. Lucia puso por un momento los pies en el suelo. Qué solo ha sido la primera cita aunque era imposible no soñar, ella se ilusionaba enseguida y eso le había costado en otras ocasiones decepciones importantes y se juró a sí misma que la siguiente relación sería con más calma. Cenó frugalmente y cual bailarina aterrizó en su cama con una sonrisa que no cabía en la boca y un suspiro que llenó su habitación. Allí tumbada rememoraba los momentos, los gestos, su cara, su silueta y poco a poco se fue sumergiendo en un sueño profundo y reparador; se quedó dormida. La noche pasó volando  y de repente había luz, jo, pero era domingo.


No hacía falta madrugar, pero ya no podía quedarse más, el tiempo pasaba volando y no aprovecharía la mañana. Cuántas cosas tenía que contarle a su compañera de trabajo Nina y a su amiga del alma Rebeca. Por de pronto el día era soleado, mayo, tenía la playa cerca y ya otros años había ido en un mes de abril a tomar el sol y porque no, a bañarse. Así que preparó todo incluso la mitad de la comida por si se entretenía, cosa que solía pasar con frecuencia el fin de semana. Cuando uno no depende de nadie, la vida es otra. Claro que estaba su chiqui, pero en estos tiempos hacían los planes bien pronto Ahora solo el bikini y la cesta con lo imprescindible, un libro por supuesto y algo de música y a coger el autobús que estaba muy cerca de casa. Como seguía tan feliz, el día en general fue un regalo.



Continuará...


Manuela García 24/02/2020



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