Día 1 Silencio Sepulcral

Fotografía: Manuela García


Me tengo que levantar, en la cama no puedo más
no son ni las 07:00 am. Para comenzar este día,
catorce de marzo, en confinamiento obligado.
Servidora, va a salir igual.

Las cuatro paredes de mi casa
pueden llegar a ser mortales
más incluso que ese virus.

El silencio de la calle  entra
por mis maltrechas ventanas
mientras tomo mi café
un silencio sepulcral, le acompaña-

Escucho el canto de un ave
que me recuerda mucho a Senegal.
 Allí a las seis de la mañana
todas las aves te saludaban 
con su griterío de la jungla
eso no lo podré olvidar, era mi despertar.

Este no es un pío, pío, es especial
ya lo escuché antes y los recuerdos
de la memoria no se pueden acallar.

Ya son las 07:00 am. y el choque
de las ruedas en el asfalto
me hace despertar, hay que trabajar.

Por un momento miro hacia mi ventana
su árbol hermoso, que tapa la visión.
Ni una sola de sus nuevas hojas,
se mueve ni de aquí para allá.

Otra vez ese silencio, hasta que lo rompe
el turismo o camión  haciendo zozobrar
el cemento con su rodaje y peso,
esto ya no es sepulcral.

Es el primer día del mandato gobernante
confinarse, pero la vida sigue
eso no lo pueden controlar.
Ya he desayunado y me vuelvo a acostar.

¿Qué hago aquí? - me pregunto-
Solo escuchar, lo más interesante
vendrá cuando atraviese la puerta de metal
y salga al nuevo mundo, creado por un
virus, qué casualidad.





Manuela García 14/03/2020


Vivencias ante el confinamiento por Covid19



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