Toca deshacer maleta. Fuente Internet
Dichas sus
palabras, no había nada más que replicar. Cogí mi maleta y fui a mi habitación,
ya tenía na propia, antes compartía un sofá cama con Luna. La deshice y
mientras lo hacía las lágrimas rodaban por mis mejillas, otra vez aquí, echaba
de menos a Roberto, otra vez aquí, echaba de m libertad de Aún no era la
hora de comer, pero faltaba poco, llegaron mis hermanas de estudiar Katty y
Megan, la penúltima y ultima de 7 hermanos, los dos primeros casados y otro en
pareja, ya independiente. Continuó el sermón durante la comida. Nunca tenías que haberte ido, decir eso ahora no tenía
ningún sentido, que tenía que comenzar a buscar trabajo ya, por qué en esta
casa no se vivir del aire y sobre todo cita con el médico para que te vea
esa herida que no tiene muy buen aspecto dijo mi madre. A todo que sí, otra vez
adaptación, no tenía ni ganas de comer, solo de llorar. Me quedé en silencio,
quité la mesa y lavé los platos. Esto era algo cotidiano en casa, la quitaban
las mujeres e inmediatamente a fregar. La cocina impoluta, mi madre era una
esclava de la limpieza y me fui a mi habitación a acostarme. Demasiadas
emociones por un día.
Continuará...
15/09/2020
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