Trozos de Vida Continuación LXII

Le había dado muchas vueltas a la cabeza y se le ocurrió una para salir de esa casa, hablo con su hermana Luna  le preguntó si se podía quedar a vivir en su casa puesto que ya no aguantaba más esa  situación. Ella, Luna dudó pero le dijo que sí, no lo consultó con su esposo. A sus padres no les diría nada, se marcharía con sus objetos personales más necesarios y ellos se darían cuenta cuando vieran que no llegaba a casa. No podía ni siquiera hablarlo con ellos, se negarían en rotundo. No le quedó más remedio que hacerlo de esta manera. Recogió sus cosas y se fue a casa de su  hermana, que no estaba muy lejos de dónde vivía, a unos 15 minutos caminado. Estaba esperanzada, estar en una casa donde se respiraba amor y tranquilidad además estaba su sobrina pequeña llamada Laura. A veces ellos, sus padres, le pedían que se quedase a dormir a veces para quedarse con la peque y salían ellos o al revés le pedían que fuera, diciéndoselo a sus padres, y la que se iba de fiesta era ella. No le dejaban salir de noche, según su padre, porque la quería mucho, en su interior pensaba, no me quieras tanto y déjame salir. Era un buen hombre para ella, pero chapado a la antigua. Siempre era NO ante la pregunta ¿podría salir esta noche?, Según él en esa franja horaria solo había gente de mal vivir. Por lo tanto era tan férreo el control  y tan cerrado en sus creencias que no había nada que hacer. Cuando tengas un novio, a lo mejor te dejo salir algún día, en realidad estaba Roberto, pero no era su  novio todavía. Solo le había conocido dos meses antes de que marchara a trabajar a las islas. Fue a la casa de Luna, contenta y preocupada a la vez, ¿qué pasará cuando sus padres se den cuenta de que no llegaba a casa?


 Fotografía: Fuente Internet



Continuará...



08/10/2020


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