Trozos de Vida Continuación nº LXXIX

Ya sabíamos el número de invitados, los 103, confirmados. Al restaurante se lo comunicamos y nos hicieron la reserva para el 22 de marzo, había que dejar una paga y señal y cualquier cambio en el número de comensales habría que comunicarlo antes de la boda. Acudimos al cursillo que se hacía en la iglesia, en este caso fue en la de mi barrio, allí tomé la Comunión. Íbamos con varias parejas para hablar del sacramento del matrimonio, lo que significaba, el porqué nos casábamos, explicarnos como sería la ceremonia, las partes de que constaba, de si estábamos seguros del paso que íbamos a dar. Así estuvimos tres tardes reunidos, como para hacernos conscientes del paso tan importante que íbamos a dar. Puesto que significaba a parte del amor, las obligaciones conyugales, el respeto, la confianza y la comunicación, eso sí hasta que la muerte nos separe, en al salud, en la enfermedad. El sacramento era tomado al pie de la letra, aunque una vez bendecida la unión, la convivencia nos pondría a prueba. Agradecimos sus consejos al párroco, nos deseó lo mejor y despedimos el curso concienciados del paso que íbamos a dar. Faltaban hacer las últimas pruebas al vestido, yo con tantos nervios había perdido peso, me lo tuvieron que arreglar, no quería un velo que me tapara la cara. Una diadema de flores adecuada al vestido, eso sí la cola del vestido arrastraría el pasillo de la iglesia cuando llegase el momento.

Prueba vestido novia. Fuente Internet



Continuará...

Manuela García 25/01/2021

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