Trozos de Vida nº LXXV


Museo Guggenheim y  Puppy, Fuente Internet

Después de la noche de pasión, nos levantamos tarde, había que ir a comer a casa de los padres de Roberto. Antes habíamos hecho cuentas, del restaurante.  La verdad es que hubo bastantes invitados que dieron menos de lo que costaba el cubierto, rompiendo sobres y contando nos dio para pagar la celebración, abonar las fotos del reportaje de boda y casi no quedó nada para la luna de miel, no la tuvimos, pues ese es un viaje de conocimiento solos y romántico. Con lo poco que nos quedó la hermana de Roberto, Carmen, que vivía en Bilbao, nos ofreció su casa e ir a visitar el mar y conocer la ciudad. Realmente ese no era nuestro plan soñado, pero mandaba la economía. Para mi eso no fue mi luna de miel, por ello nunca la tuve. Dejamos pasar unos días y nos encaminamos a Bilbao, en transporte público. Una vez asentadas nuestras pertenencias, en casa de Carmen, nos enseño donde dormiríamos, en el salón, en un sofá que se convertía en cama para dos, y que hacían un ruido los muelles cuando hacíamos el amor, Bueno nos adaptamos ¿qué otra cosa podíamos hacer?. Conocimos Bilbao, no era una bella ciudad, era industrial y hacía unos años se había inundado la ciudad, quedaban las huellas en las fachadas de los edificios de hasta donde cubrió el agua, por lo demás fuimos a ver el mar y visitamos el Museo Guggenheim de Arte Contemporáneo  y a su Perito Puppy llenos de flores, una estatua muy alta, preciosa y original. Durante el tiempo que nos quedamos en Bilbao, que fue una semana comencé a encontrarme mal, revuelta, malestar general, no sabía que me pasaba. Pensaba yo, que mala pata no sentirme bien en mi luna de miel.


Continuará...

31/03/2021

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