Os voy a contar una HISTORIA, ayer 30/03 salí como cada día a caminar, no suelo tener plan de adonde voy, pues a veces me dejo llevar. Pero ayer si los sabía, quería respirar naturaleza viva. Antes de subir al autobús nº 7, me doy cuenta que se me ha olvidado en móvil, es tarde para maniobrar. Pienso en él pero no por quien me pudiera llamar sino porque no podía hacer fotografías y mi paseo a parte de ser una rutina física indispensable, tiene su parte de Arte. Ya caminar perdió su sentido. No puedo hacer fotos - me lamento.
Vuelvo a buscar en mi holgada bolsa de tela y sorpresa si que lo tengo, en otra bolsa más pequeña. Mi alegría es evidente. Me doy cuenta que mi ser está impregnado de imágenes, pues adoro hacerlas, Es mucho tiempo al menos tres años.
A estas palabras acompañan una fotografías del viejo Poblenou, en concreto, Can Ricart, Hangar.org. Antes de ayer fui a Poblenou, otra parte, la que se acerca al mar. Hacía tiempo que no iba y ya estaba la furia constructora, habían alzado varios tramos del edificio del Pasaje Caminal, donde tantas veces fui, a recitar y tenía a mi espalda unos graffitis espectaculares de reales que eran y ahora ya no quedan los Graffitis de Arte. Me dió mucha pena, pues el progreso no es para nosotros, es para ellos.
La ruinosa Poblenou, exceptuando la Rambla, que le da vida y es el epicentro de todo tipo de comercios, restauración, encuentro con amigos, familias, descanso de mayores en la infinidad de bancos que ocupan la rambla, incluso sus calles adyacentes están llenas de vida, no olvidemos la cercanía del mar.
El resto, es el viejo Poblenou, anticuado, con edificios desvencijados, abandonados, que le dan el aspecto de una ciudad fantasma, Suman lo nuevo, lo viejo y lo que está por construir. La fiebre del dinero, antes fue la del oro. Pasear entre esas calles, me causa tristeza, el abandono y doy medía vuelta a mi hogar. The End.
Construcción de pisos u oficinas en Poblenou
Fotografía: Manuela García
Manuela García 02/04/2021
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